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Un castillo en Rivilla de Barajas


Existen lugares que desde hace mucho tiempo ya no son visitados. Un espeso manto de polvo habita en su interior, esperando que las pisadas de algunos buscadores de leyendas y misterios remuevan su pasado. Tú puedes ser quien nos descubra esos lugares y leyendas que están al borde del misterio y cuyo delgado velo fuerzas por romper. En este apartado recopilaremos los lugares que se visitan, su descripción, una pequeña reseña histórica y leyendas que se cuentan sobre ellos. Igualmente se narrarán los sucesos misteriosos e inexplicables que las gentes del lugar han conservado en su memoria a través de los años.

El castillo de Rivilla de Barajas.





Iremos a ver un castillo que desde la lejanía parece muy cuidado, al menos exteriormente. Lleva mucho pero que mucho tiempo con sus puertas cerradas y, cuando aparece a los ojos del visitante, los muros ocultan a la mirada del curioso, los aposentos de sus antiguos moradores.  La construcción tampoco denota la sensación de estar abandonada a su suerte, solamente trasmite la imágen de una edificación que va envejeciendo con el paso de los años.


Situado al Norte de la provincia de Ávila, este castillo se encuentra emplazado en el municipio de Rivilla de Barajas en medio de un extenso campo cerealista. La ausencia de heráldica nos impide atribuir con certeza este edificio a la Casa de Alba, cuyas construcciones ostentan siempre sus escudos, aunque se sabe que pertenece a dicha familia desde sus orígenes. La documentación existente sobre el mismo tampoco reflejan nada sobre este hecho ni sobre otros avatares históricos.



"Castronuevo" quiere decir castro nuevo o castillo en donde primero hubo situado un castillo. Quizá en sus yacimientos esté la clave de su origen. El castillo debió existir como castro primitivo y más tarde fortaleza en la transición del románico al gótico, siendo restaurado en el siglo XV, seguramente después de alguna sanción impuesta por los reyes de Castilla, Isabel y Fernando.


En la actualidad está en proceso de restauración, aunque uno de sus artesonados ha sido desmontado y trasladado a Madrid, perteneciendo, como hemos indicado anteriormente, a la Casa de Alba.
Se construye este castillo-palacio en el siglo XV , cuando se comienzan a utilizar las armas de fuego, por lo cual este edificio se encuentra "alamborado", es decir, dentro de un foso, con lo que manteniendo la altura de los muros para impedir su asalto, desde lejos se reducía el blanco para la artillería. Carece de torre del homenaje por el mismo motivo.



El edificio se compone de dos recintos rectangulares construidos con argamasa de ladrillo, cal y canto. El primero de ellos  tiene poca altura que, a modo de barbacana, ciñe al castillo propiamente dicho y está coronado por hileras de troneras de tipo buzón propias para tiro manual de mosquetería o arcabucería. En su interior posee unas espaciosas salas abovedadas, usadas como almacenes y caballerizas, que recorren perimetralmente todo el edificio.



El segundo recinto, también de planta rectangular y más alto que el primero, es el núcleo central del edificio con cubos angulares y torres cuadradas en dos de sus lienzos, en los que se disponen grandes garitas, llamados también "garitones", de cono invertido, muy parecidas a las del castillo de "La Mota" en Medina del Campo, con el que muestra grandes semejanzas, todo ello rematado por almenas sobre arquillos ciegos volados, que visualizan el nivel del adarve o camino de ronda.



Dentro de este segundo recinto se aloja un palacio de estilo renacentista, construido en sillería granítica, muy propio del siglo XVI. Tiene varias salas alrededor de un patio, formado por galerías de arcos escarzanos apoyados sobre columnas o pilastras y una gran escalera de subida de dos tramos, el primero de los cuales tiene el pasamanos esculpido en la pared. Se encuentra parcialmente restaurado y muy bien conservado aunque sin utilidad alguna.


Ya fuimos al castillo y hemos tenido que dar muchas vueltas hasta encontrarlo. Pero al fin hemos dado con él. Se encuentra en una finca privada cerca de un camino que es servidumbre de paso.
Lo hemos empezado a ver por fuera destacando la torre del homenaje y unos agujeros practicados en las esquinas de la muralla que dan a unas caballerizas abovedadas, con unos respiraderos en el techo de ladrillo macizo , que dejaban ver tenuemente la luz que se filtraba hacia el interior. Esas estancias debían de servir de abrevadero y cobijo a los caballos y a diversos animales de tiro.


En el piso de arriba y a ras de tierra, un patio de armas rectangular con diversas entradas para animales, utensilios y centrada la puerta principal de granito con columnas coronadas con gárgolas de figuras semihumanas. En el centro del patio un pozo guarnecido con un brocal de granito y a unos ocho metros de profundidad el agua. Muy cerca del pozo un abrevadero rectangular y transportable también de granito.


Según se mira la fachada, a la izquierda se ve una enorme puerta de al menos tres metros de alta y una imponente escalera de esa anchura que conduce al primer piso. A la derecha de la fachada y anexo una edificación de tres plantas quizás para albergar a la servidumbre de la casa palaciega.
El patio de armas y la estancia central está cobijado dentro de una primera muralla que abarca todo el perímetro del castillo.