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La cueva de La Luna



Existen lugares que muchas veces pasan inadvertidos para una gran mayoría y, que debido a su especial singularidad, encanto, o misterio, son indispensables para el visitante a fin de ser apreciados y estudiados más a fondo. Quizás sean el inicio para que algunos buscadores de leyendas y misterios remuevan su pasado.
Tú puedes ser quien nos descubra esos lugares que están al borde del misterio y cuyo delgado velo fuerzas por romper. En este apartado recopilaremos los lugares que se visitan, su descripción, una pequeña reseña histórica y leyendas que se cuentan sobre ellos. Igualmente se narrarán los sucesos misteriosos e inexplicables que las gentes del lugar han conservado en su memoria a través de los años.

La Cueva de la Luna.
A una distacia de algo menos de diez kilómetros de Chinchón, se encuentra Titulcia, un pequeño pueblo a orillas del río Jarama, en el cual podremos visitar una inquietante cueva artificial denominada "Cueva de la Luna". Actualmente a la Cueva se accede a través de un restaurante a cuyo dueño tienes que pedirle permiso para visitarla.


Esta foto fue tomada en las inmediaciones del lugar, muy cerca del restaurante desde donde se accede a la cueva.
La Cueva de La Luna, fue descubierta en 1952 y es mucho lo que se habló y se escribió sobre ella en su momento, incluso existe una leyenda derivada de un hecho mitológico, se puede decir, del que se tiene constancia a través del manuscrito del Obispo Lorenzana sobre la diócesis de Alcalá de Henares, en la Casa de la Cultura de Toledo:
El mes de enero de 1509 marchaba el Cardenal Cisneros en dirección a Cartagena para participar en la conquista de Orán. Al pasar por la villa de Bayona, por encima de la confluencia de los ríos Jarama y Tajuña, se le apareció una cruz en el aire. Esta aparición fue inmediatamente interpretada por el Cardenal en el mismo sentido que la aparición acaecida a Constantino el grande antes de la batalla de Milvio, como una premonición de su victoria. Algunos cronistas cuentan que la cruz fue vista durante varios días por la gente. Tras advertir el prodigio, el cardenal decidió edificar en ese mismo lugar un humilladero que posteriormente se convertiría en la ermita de Nuestra Señora de la Soledad.


Algunas tradiciones esótericas afirman que Cisneros no sólo mando constuir el humilladero, sino que cerca del mismo mandó excavar secretamente una serie de galerias que cumpliesen determinadas proporciones, lo que conocemos como Cueva de la Luna. 
La tesis de Armando Rico, antiguo dueño del bar bajo el que está construida “la Cueva” y autor de una monografía sobre la misma, con más de 10.000 copias vendidas, es que nos encontramos ante una construcción esotérica subterránea, vinculada a los Templarios. Es interesante señalar, que ciertamente en la Cueva de la Luna aparece un sello templario. 
La Cueva de la Luna fue declarada monumento histórico artístico provincial en 1979 por lo que goza de cierta protección. En la declaración realizada, por Antonio Blanco Freijeiro se esboza una explicación más rigurosa a nivel histórico. Según Freijeriro, es posible que las galerías fuesen utilizadas épocas pasadas, aunque no demasiado antiguas, como centro de aprovisionamiento o almacén de conventos madrileños. En cuanto al sello templario, encontrado en su interior, una explicación plausible es que sea obra de algún grupo neotemplario decimonónico. En cualquier caso, creo que es un lugar insólito que bien merece una visita.
La visita fue guiada por Jesús Callejo, que además de este lugar, que yo ya conocía, nos enseñó otros dignos de ver y que se encontraban por la provincia de Guadalajara.


Bajando unas escaleras nos encontramos con una bóveda central de la que parten unas galerías que forman un cuadrado. A esta construcción se le atribuye un carácter esotérico relacionado con el Cosmos. En una excursión acompañado de Jesús Callejo, hice unas fotos extrañas.
Una escalera que baja desde el restaurante, desciende una profundidad de diez metros y desemboca en una cúpula de dos metros y medio de radio. De ella salen tres galería, de las cuales solo una esta a la vista. Todas las galerías forman un ángulo de noventa grados. Una vez abajo, sorprende la amplitud de la cúpula y las largas galerías, en cuyos techos y paredes están grabadas cruces templarias. Por el suelo, pequeños cúmulos rematados con restos de vela; en los rincones se acumulan los ramos de flores.
Iban ciertas personas y se pasaban los días rezando, pero lo hacían de una forma curiosa, recorriendo las galerías de la Cueva siguiendo los círculos lunares.


En cada lado de la galería hay cuatro arcos de arista en forma de ojiva, con un pronunciado vientre que permite la presencia de una persona en su interior
Al final de la galería y frente a ella hay otro arco ojival y en la pequeña bóveda de cruce de las galerías estaban los círculos del universo (destruidos en el 1999).
Comenzaban sus oraciones bajo la bóveda central que representa la luna llena, después rezaban durante tres días en cada uno de los cuatro arcos de un lateral de la galería; lo que hace un total de doce días que se corresponden con el tiempo en que la luna permanece en su estado de cuarto menguante.


Un día más se lo pasaban meditando en la mitra frontal de la galería. Ese día corresponde en el que la luna se corresponde con su fase de luna nueva.
Otro día más habrían de permanecer bajo los círculos concéntricos del universo para recibir la "gracia". Después pasarían otros doce días, tres en cada uno de los cuatro arcos del otro lateral de la galería, que se correspondería con el tiempo en que la luna se encuentra en su fase de cuarto creciente con lo que se completa el circulo lunar.
Se sabe que la cúpula central tiene características geodesicas y cosmográficas y representa la media luna, símbolo guerrero moro. Armando el que fue guardián de la cueva decía: "estudiando sus características dimensionales bien podríamos llamarla la Cueva de las proporciones".
Es costumbre que las mujeres antes de entrar en la Cueva, den tres golpes con el puño, abajo en la cúpula. las personas piden un deseo con su corazón. si se concede, es costumbre traer flores y dejarlas debajo de cúpula, por eso siempre se pueden ver flores allí depositadas como se puede ver en la foto.



Las fotos  del inetrior,  o sea las oscuras, se  hicieron cuando ya no había nadie en la cueva, con trípode y con las luces de la cueva apagadas.

Explicación de las imágenes en la Cueva de la Luna
Como ya os he contado fuimos a visitar la cueva, vimos debajo de la cúpula bastantes flores depositadas por las personas a las que se les había concedido un deseo y tras la visita con un nutrido grupo de gente, entre la que figuraba Jesús Callejo, como guía de la excursión denominada " Viajes Sagrados", fuimos abandonando la cueva para seguir la ruta hacia otros lugares de interés.


Apagaron las luces de la cueva y todos subieron las escaleras para después de casi una hora debajo de la tierra, volver a ver la luz del sol y calentarnos un poco, pues alli dentro había bastante humedad y poco a poco se nos fué metiendo en el cuerpo a pesar de llevar ropa de abrigo.
Me dió por volver sobre mis pies y bajar algunos peldaños pues solo había subido hasta la mitad, avisando que iba a hcer una foto para ver lo que salía.
Bueno, cogí la cámara que la tenía en un pequeño trípode, al coloqúe en el suelo y en automático hice varias fotos del largo pasillo de la cueva, al fondo del cual estaba la cúpula y debajo de ella, en el suelo, las flores depositadas. Cogí la cámara y la guardé saliendo al exterior.


Ya en el autocar vi las fotos que había hecho y observé aunque mal, una ligera sombra en la oscuridad de las últimas fotos realizadas. Ya en el ordenador y al verlas en casa con detenimiento, vi las sombras que se podían ver en las imágenes. Pensé que podía ser la sombra de alguien que se proyectase en la oscuridad por la entrada de algo de luz al subir la gente por la escalera al exterior y así lo dejé sin preguntarme nada  más. Aquí  las expongo simplemente para que cada uno imagine y piense lo que desee.